Prevención de riesgos laborales en oficinas y despachos con la norma ISO 45001

Prevención de riesgos laborales

Contar con un plan de prevención de riesgos laborales en el interior de una empresa u organización otorga la posibilidad a la misma de integrar una serie de actividades preventivas en el desempeño de su día a día. De igual modo, permite el establecimiento de una política de prevención tanto de accidentes como de peligros en el trabajo.

Los planes de prevención de riesgos laborales tienen como objetivo último el garantizar la preservación de la salud y la seguridad de los empleados y las empleadas. Mediante estos planes se establecerá de qué forma será preciso integrar la PRL en el funcionamiento de la empresa.

 

Planes de prevención

La alta dirección de la compañía será la responsable de la elaboración del plan de PRL correspondiente. Para que este refleje la realidad empresarial, deberá valerse de las opiniones de los trabajadores y trabajadoras.

Si es necesario, también se podrá contar en el proceso de elaboración del plan riesgos labores con el apoyo de servicios de prevención externos. Tras su correcta elaboración, revisión y actualización siempre que sea necesario, los directivos deben tener la certeza de que el plan de PRL se implementa y se aplica.

Esto pasa por una difusión previa de los contenidos del mismo en el interior de la organización, estando siempre a disposición de empleados y autoridades.

 

¿Qué incluye el plan de PRL?

• La definición de las funciones y las responsabilidades en materia de prevención de riesgos laborales de cada uno de los mandos, de las personas, así como de los órganos implicados.
• Una planificación por periodos temporales específicos en los que implementar el plan.

 

PRL en oficinas y despachos

De manera frecuente se tiende a pensar que en las oficinas y en los despachos apenas existen riesgos laborales para los trabajadores, o que de existir estos carecen de importancia. Sin embargo, esto no es cierto.

Como en cualquier otro centro en el que se desempeñe una actividad laboral, el desarrollo e implementación de un plan de riesgos laborales es fundamental. En el caso de las oficinas y los despachos, los planes de PRL deberán estar adaptados al desarrollo de actividades en estos espacios.

Este plan tendrá que contemplar los potenciales peligros existentes en las oficinas y en los despachos. A continuación, se enumeran y detallan cuáles son estos peligros principales y qué esfuerzos preventivos implementar en consecuencia.

 

• Posturas y movimientos estáticas y repetitivos

La actividad laboral que se desempeña en los despachos y en las oficinas suele ser sedentaria. El lugar de trabajo principal suele ser en una mesa o escritorio, espacios que igualmente comprenden una serie de peligros concretos.

El principal riesgo aparece cuando se adoptan posturas incorrectas, así como movimientos repetitivos. Las posiciones estáticas pueden dar lugar a graves problemas de espalda, de cuello y dolencias en los brazos.

El uso continuo de ordenadores también puede llegar a influir en las manos, en la espalda y en los ojos. Para prevenir todo ello será preciso escoger de manera cuidada la superficie en que se desempeñará de trabajo y la silla.

También es muy recomendable contar con reposapiés y cualquier otro accesorio que permita mantener una buena postura frente a los riesgos.

 

• Golpes y caídas

El suelo mojado, el cableado colocado en lugares que no corresponde o los muebles abiertos y desordenados pueden dar lugar a resbalones, los tropezones e impactos, lo que constituye uno de los principales factores de riesgo. Disponer de un correcto plan de orden y limpieza y señalizar de manera correcta son algunas de las medidas que se pueden tomar en materia de PRL en oficinas y despachos.

 

• Ruidos

Los ruidos en el lugar de trabajo pueden ser molestos, desconcertantes y pueden causar daños fisiológicos. En las oficinas y despachos las conversaciones ajenas o los equipos electrónicos, entre otros elementos acústicos pueden afectar a los trabajadores y trabajadores. Para prevenirlo, es recomendable estudiar la forma en que se distribuyen cada uno de los puestos.

 

• Temperaturas extremas

Las temperaturas extremas, ya sean frías o cálidas también pueden materializarse en riesgos para los empleados y empleadas. Para garantizar un óptimo desempeño libre de riesgos en las oficinas y despachos, la temperatura en verano tendrá que estar entre 23 y 26ºC. Por su parte, en invierno, esta tendrá que estar entre 20 y 24ºC.

 

• Manipulación de cargas

En ocasiones, en el interior de las oficinas y los despachos se mueven ordenadores, se cargan archivadores con documentación o se trasladan muebles. La falta de costumbre y de práctica provoca la posibilidad de la aparición de riesgos.

Para prevenirlos habrá que contar con una premisa fundamental: hacerlo siempre flexionando las rodillas, manteniendo la espalda recta y haciendo fuerza con las piernas.

 

• Vista forzada

En las oficinas y despachos son muy normales las actividades relacionadas con la lectura y la redacción de documentos. A menudo, esta tarea se desempeña desde ordenadores u otros equipos electrónicos. Para evitar los riesgos relacionados con esta actividad habrá que calibrar correctamente los dispositivos, iluminar bien los puestos y evitar los reflejos que puedan dañar los ojos.

 

• Exposición a radiaciones y campos electromagnéticos

Los ordenadores, las pantallas, así como otros dispositivos utilizados en oficinas y despachos emiten radiaciones ionizantes, así como campos electromagnéticos. Para evitar los riesgos habrá que identificar estas fuentes y reflejar las medidas correspondientes en el plan de riesgos.

 

• Mala calidad del aire

Otro de los elementos imprescindibles para evitar riesgos en oficinas y despachos es la ventilación y la renovación continua del aire, así como de los sistemas de climatización. No llevar a cabo estas acciones puede provocar irritaciones, sequedad, así como problemas respiratorios o dolores de cabeza, entre otros malestares.

 

• Dolencias psicosociales

La competitividad poco sana, las altas exigencias de rendimiento, la falta de adecuación o el mal ambiente laboral puede dar lugar a la aparición de riesgos psicosociales, emocionales o psíquicos. Para prevenirlos es fundamental anticiparse y establecer las medidas que sean precisas.

 

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